Esperemos que pronto se acostumbren el uno al otro, porque ahora mismo la situación es, Bunbury triturando papel y el pequeño escondido en el tubo.
Por cierto, creo que se llamará Materazzi, en honor a sus antepasados italianos y porque es un nombre que ha surgido hoy en el trabajo y creo que le pega. Tiene la nariz pelada, quién sabe si de darse cabezazos con los demás.
Y con esto me despido, hasta otra!